8.12.16

Confia en las manos de Dios

CONFÍA EN LAS MANOS DE DIOS. La Biblia nos dice en Jeremías 18: 4a: “Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano”. Debemos tener en cuenta que cuando el alfarero empieza su labor, ya está en su mente la vasija que diseñará. Podemos entonces concluir que el Señor ha planeado un diseño y propósito para cada una de nuestras vidas, desde antes de la fundación del mundo. Él es Arquitecto por excelencia.

En el proceso de elaboración de las vasijas podemos encontrarnos con corazones afectados, algunas vasijas quebradas, y en otras ocasiones soldados heridos. Por eso aunque el Señor tiene grandes proyectos y su amor por sus hijos es inmenso, a veces la vasija se echa a perder, por diversas circunstancias (dureza del material, impurezas, falta de consistencia, algunas piedras y objetos extraños, entre otros).

Podemos hacer referencia aquí a dones espirituales mal usados, líderes que se apartaron del camino del Señor, hermanos que caen y se estancan, resentimientos sin un verdadero perdón, otros se quedaron en el proceso, entre otras situaciones.

A pesar de todo esto el Señor Jesús tiene el poder para restaurar, nos dice la Escritura: “y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla” Jeremías 18:4b. Es muy interesante ver que el alfarero hace una vasija mejor y nueva, y  utiliza el mismo material, Dios no desecha a nadie. El Señor es bueno y poderoso. Siempre hará cosas mejores, su amor lo puede todo.

 Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. (Confía en las manos de Dios).

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Isaías 62:1-4

Por amor de Sion no callaré, Y por amor de Jerusalén no me estaré quieto, Hasta que salga su justicia como resplandor, Y su salvación se encienda como antorcha. Entonces verán las naciones tu justicia, Y todos los reyes tu gloria, Y te llamarán con un nombre nuevo, Que la boca del SEÑOR determinará. Serás también corona de hermosura en la mano del SEÑOR, Y diadema real en la palma de tu Dios. Nunca más se dirá de ti: "Abandonada," Ni de tu tierra se dirá jamás: "Desolada;" Sino que se te llamará: "Mi deleite está en ella," Y a tu tierra: "Prometida." Porque en ti se deleita el SEÑOR”.

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