El ser humano se cansa, enfrenta el temor y el
desánimo ante las crisis, ante la traición, el menosprecio y las palabras
malsanas. El servicio al Señor se encuentra con el rechazo, la incomprensión, y
otras veces en el caminar aparece el desánimo; sin embargo ten presente la
palabra de Dios que nos dice: “no temas, yo soy tu escudo, y tu galardón será
sobremanera grande” (Génesis 15:1). Dios es fiel, él responde nuestras oraciones.
Veamos por ejemplo el caso del sacerdote Zacarías,
padre de Juan bautista: Lucas 1:8-9 “Aconteció que ejerciendo Zacarías el
sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase, conforme a la costumbre
del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario
del Señor”.
Debemos tener presente una verdad: Es un gran privilegio
servir al Rey de reyes. A la luz del texto bíblico de hoy podemos resaltar varias
expresiones respecto al servicio que prestamos a nuestro buen Dios:
a) “Ejerciendo
el sacerdocio”:
Vemos que Zacarías era un hombre de edad avanzada,
y tenía preguntas sin respuesta (como por ejemplo: ¿por qué el Señor no me dio
un hijo?) continuaba sirviendo a Dios y su edad avanzada no era un estorbo para
servir al Señor en el santuario.
b) “Le
tocó en suerte”:
En aquel tiempo habían miles los sacerdotes que dispuesto
para servir en el templo, y tal vez por eso sólo una vez en su vida podían ser
elegidos para servir. Zacarías nunca había tenido ese privilegio, pero ahora
tendría esa oportunidad, también vemos nunca había murmurado quejándose por su condición
(él era un levita que servía al Señor y no tenía hijo por la esterilidad de su
esposa, pero no acusó ni condenó a Elisabet por esto, y tampoco murmuró contra el
Señor).
c) “Ofrecer
el incienso”:
El incienso en la Biblia representa oración y
adoración, es símbolo de lo que presentamos u ofrecemos al Señor. Aquí el término
“ofrecer” nos hace pensar, pues Zacarías a pesar de todas sus dificultades está
adorando y sirviendo al Señor, aunque las cosas en su matrimonio no marchaban como
el esperaba, él adora y bendice a Dios. Zacarías no renunció al llamado del
Señor.
d) “Entrando
en el santuario”:
Esto representa entrar en la presencia de Dios, indica
el anhelo por alcanzar la revelación de su voluntad y conocer los tiempos, esto
nos habla de acercarnos al Señor. Cuando no comprendemos lo que sucede, cuando
aparece el cansancio o las dificultades, es cuando debemos ir a la presencia de
Dios, sólo en él hallaremos fortaleza y dirección. No te apresures a renunciar,
corre a la presencia de Dios y él te fortalecerá y guiará.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria. (Dios responde nuestras oraciones).
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