(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Dios siempre nos está enseñando.
El Señor Jesús, Maestro por
excelencia, nos enseña en los evangelios muchos misterios del Reino mediante
las parábolas, también a través de narraciones o historias sencillas y tomadas
del diario vivir de los judíos.
Por eso vemos al Señor Jesús buscando
enseñarnos grandes revelaciones del reino de Dios a través de elementos
sencillos, de igual manera procura que conozcamos la persona, obra y carácter del
Espíritu Santo.
Por eso en la Biblia Dios usa símbolos
del Espíritu Santo para que podamos comprender de manera más fácil lo que el lenguaje
mismo no puede enseñar. Los símbolos o figuras son empleados para enseñarnos la
verdad y manifestaciones del Espíritu de Dios.
Uno de los símbolos del espíritu
Santo es el fuego, nos habla de aquella acción del Espíritu a través de la cual
el corazón frío y lleno de rutinas religiosas entra en un ferviente amor por
Dios, el amor por la presencia de Dios es renovado:
Hechos 2:1-4 “Y
cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes en un mismo lugar. Y de repente
vino un estruendo del cielo como de un viento recio que corría, el cual llenó
toda la casa donde estaban sentados; y se les
aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada
uno de ellos. Y fueron todos
llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el
Espíritu les daba que hablasen”.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Escrito por
Pastor Gonzalo Sanabria.
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