"Y David subió la cuesta de los Olivos; y la subió llorando, llevando la cabeza cubierta y los pies descalzos. También todo el pueblo que tenía consigo cubrió cada uno su cabeza, e iban llorando mientras subían". 2 Samuel 15:30.
Absalón se rebela contra su padre el rey David. Queriendo evitar el derramamiento de sangre David abandona la ciudad. La estrategia del rey David ante la batalla, fue la adoración, fue buscar a Dios. Sube a los olivos. Llamado el monte de los olivos por la abundancia de éstos allí. Requiere esfuerzo subir.
El árbol de olivo simboliza fortaleza, abrigo y bendición. El monte de los olivos fue un lugar preferido por Jesús, allí enseñaba a sus discípulos (revelación), allí oraba (comunión), allí se fortaleció en oración (renovación) para ir a la cruz.
El árbol de olivo simboliza fortaleza, abrigo y bendición. El monte de los olivos fue un lugar preferido por Jesús, allí enseñaba a sus discípulos (revelación), allí oraba (comunión), allí se fortaleció en oración (renovación) para ir a la cruz.
Es interesante cómo subía el rey David: “llorando” indica el dolor de su corazón por la traición de su hijo, y las consecuencias de ésta batalla, “con la cabeza cubierta”, “con los pies descalzos” como los prisioneros de guerra, “Todos iban llorando mientras subían” a veces toca subir así, a veces los nuevos niveles que Dios tiene para nosotros están precedidos de un difícil ascenso. El rey David se entrega a la adoración (Vrs. 32).
“…David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai arquita le salió al encuentro…”. La Biblia nos enseña esto una y otra vez: fortalezcamos nuestras fuerzas adorando al Señor, contemplemos Su grandeza, en vez de detenernos a mirar los problemas. Finalmente Dios le da la victoria a David, pues cuando adoramos Dios se hace grande en nuestra dificultad.
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“…David llegó a la cumbre del monte para adorar allí a Dios, he aquí Husai arquita le salió al encuentro…”. La Biblia nos enseña esto una y otra vez: fortalezcamos nuestras fuerzas adorando al Señor, contemplemos Su grandeza, en vez de detenernos a mirar los problemas. Finalmente Dios le da la victoria a David, pues cuando adoramos Dios se hace grande en nuestra dificultad.
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Autor: Pastor Gonzalo Sanabria A.
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