Recordemos que Moisés y su hermano Aarón fueron criticados y señalados como culpables porque las cosas no salieron bien cuando fueron a Faraón para que dejara ir a Israel, pues éste les impuso más trabajo. Tengamos en cuenta que ellos estaban haciendo la voluntad de Dios, y que fueron enviados por el Señor.
Esto nos recuerda algo muy importante que debemos tener presente: el hecho de que estemos haciendo la voluntad de Dios, no significa, ni implica, que estaremos exentos de adversidades, dificultades e incomprensión.
Consideremos por ejemplo el caso de nuestro Señor Jesucristo, quien “anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo” y “nunca hizo maldad ni hubo engaño en su boca”, sin embargo fue calumniado, rechazado, ofendido, resistido y traicionado. Pero, debemos perseverar, pues nunca Jesús dijo que el camino sería fácil lo que si nos prometió es que estaría con nosotros y que al final veríamos su victoria.
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