Después de los sucedido en Egipto, moisés huye a Madián y se establece allí . Considerando que para Moisés han pasado cuarenta años, tiene familia, vive muy lejos de la tierra de sus padres y es pastor de ovejas, seguramente en su mente y corazón ya no laten con fuerza aquellos sueños de ser un libertador, un gran líder y un poderoso instrumento de Dios.
Probablemente los había olvidado. Pero Dios no, aunque había fallado, aunque estaba en un desierto, aunque tenía ochenta años de edad, Dios no lo había desechado, ni lo había olvidado. Dios se manifiesta y le recuerda el gran plan que tiene con él. Dios mantiene presente sus planes y no desecha a su hijos, más bien lo que hace es restaurarlos y enviarlos al cumplimiento de su diseño.
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