Hay
riquezas mucho más valiosas que las materiales, por ejemplo la regla de
oro que nos enseñó Jesús: "Todas las cosas que queráis que los hombres
hagan con vosotros, haced vosotros con ellos", ésto es realmente un
tesoro de vida; y requiere para su aplicación una gran riqueza
espiritual que sólo Dios nos puede dar y que logramos en la comunión con
él. Cuando hacemos Su voluntad, entonces todo lo demás vendrá por
añadidura. Persevera haciendo el bien, que a su tiempo cosecharás la
bendición.
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