El desierto del Sahara puede presentar en un
día temperaturas mortales y extremas (hasta 57º C en el día y hasta -10º
C en la noche). Podemos recordar que cuando Israel iba por el desierto,
Dios en el día se manifestaba en una nube (para protección y dirección) y en la noche en una columna de fuego (produciendo calor y
luz para caminar).
En el día o en la noche, en un ambiente tan hostil como el desierto, Dios protegió y guió a su pueblo hacía la tierra de la abundancia. Por eso, aunque enfrentes la fría incertidumbre de la noche, o el calor abrasador de las pruebas, confía en Dios, sigue caminando de Su mano, él te lleva hacía la tierra de bendición que ha preparado para ti.
En el día o en la noche, en un ambiente tan hostil como el desierto, Dios protegió y guió a su pueblo hacía la tierra de la abundancia. Por eso, aunque enfrentes la fría incertidumbre de la noche, o el calor abrasador de las pruebas, confía en Dios, sigue caminando de Su mano, él te lleva hacía la tierra de bendición que ha preparado para ti.
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