No
importa el tamaño del obstáculo, Dios es más grande. (Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Nos
dice la Sagrada Escritura en Éxodo 14:29-31 “Los hijos de Israel pasaron por
medio del mar en seco, teniendo las aguas por muro a su derecha y a su
izquierda. Así salvó el Señor Dios aquel día a Israel de mano de los egipcios;
e Israel vio a los egipcios muertos a la orilla del mar. Y vio Israel
aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los egipcios; y el pueblo temió a
Jehová, y creyeron todos a Jehová Dios y a Moisés su siervo”.
La palabra de Dios nos enseña Éxodo capítulo catorce la persecución del rey egipcio
y sus soldados contra los israelitas. Faraón ante la poderosa mano de Dios tuvo
que dejarlos ir a adorar y servir al Señor en el desierto.
Los israelitas estaban frente al Mar Rojo y
al mirar atrás ven venir al faraón con su gran ejército y tienen entonces diversas
reacciones, según vemos en los versículos diez y once del mismo capítulo
(catorce) de Éxodo, los israelitas reaccionaron de la siguiente manera, ellos:
“Tuvieron temor en gran manera”
“Allí clamaron a Jehová”
“Ellos dijeron a Moisés: era mejor haber
muerto en Egipto”.
Cuando observamos al detalle y pensamos en
esto, podemos ver que todo es una mezcla de miedo, clamor y fracaso, que seguramente
ha sido también nuestra reacción en diversas ocasiones, cuando aparece el
enemigo, los obstáculos y/o la incertidumbre del futuro, la persecución, entre
otras cosas.
(Te invito a leer: Sermones escritos para predicar).
Por eso es que vemos una gran similitud entre
la actitud de los israelitas y la nuestra. Lo más importante es tener la
certeza de que así como Dios los libró, nos librará a nosotros también. Dios no
cambia y tiene cuidado de su pueblo.
Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria.
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