En la carta a los Hebreos hablando
de los héroes de la fe, se destaca la fe de los padres de Moisés (Amram y
Jocabed) pues la Biblia nos dice: “por la fe Moisés, cuando nació, fue
escondido por sus padres por tres meses, porque lo vieron niño hermoso y no
temieron el decreto del rey” (Heb. 11:23). Fueron entonces tres meses difíciles
donde ellos protegieron a su hijo. La orden del faraón era que los hijos
varones tenían que morir, ser lanzados al río Nilo.
Cuando consideramos cómo ellos planearon
la arquilla, así como el encuentro con la hija de faraón en el río, y cómo su
propia madre se convertiría en la nodriza de éste por orden de la misma princesa,
y además le pagaría por sus servicios, vemos entonces que actuaron con
inteligencia espiritual y el Señor fue propicio a su fe y esfuerzo. Dios tiene cuidado de sus hijos. Te invito a
leer: “Derrotando El Resentimiento”.
Éste bebe recibió el nombre de Moisés, que quiere decir: salvado de las aguas. Que tremendo: ¡El lugar que según el faraón debía ser el lugar de muerte, Dios lo usó como lugar de vida! Como padres tenemos el deber de proteger y cubrir a nuestros hijos con nuestras oraciones, con sabiduría e instrucción divina, y por supuesto, con la mejor enseñanza: un ejemplo piadoso en casa. Sí hacemos esto, el Señor hará el resto en nuestra descendencia. Nuestros hijos son de Dios y su plan se cumplirá en ellos.
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(Escrito por Pastor Gonzalo Sanabria)